vendredi, février 15, 2008

Una pequeña reflexión matinal

Un día soleado, una mañana de muchas promesas y el corazón lleno de buenos augurios. A veces parece ser que la vida en sí, entera y diligente, nos llama a un encuentro donde nunca saldremos perdiendo. Seguimos confiando en nuestra suerte y la única suerte que hay es la de saberse que todas las puertas de la felicitad están abiertas al hombre. Pero para ser feliz uno tendrá que saber que nunca el temor a la vida, al ir a su propio encuentro, no deban de ser unos elementos de escuálidos recursos sino todo el contrario.